Innovación y tecnología en la Vereda Alta
En 1990, aquella fotografía de la tierra tomada por la sonda espacial Voyager 1 causó tanta sensación que las palabras de Carl Sagan aún resuenan en los oídos: "nuestro hogar es una mota de polvo suspendida en un pálido punto de luz". En 1997, hubo otro hecho notable: en el segundo encuentro entre Deep Blue y Kasparov una torre movida en lugar del caballo produce tanto estupor en el maestro ruso que lo lleva a la derrota. Estiman que ese temerario movimiento fue en realidad un error de programación. Sin embargo, empezaba a hablarse del ocaso del hombre pues hasta ese momento ningún dispositivo de inteligencia artificial había logrado imponerse al ser humano. Entonces, la tecnología en puntillas nos tomaba desprevenidos. Sorprendía. Con los saltos logrados al día de hoy, en verdad, pocos sucesos, capturan nuestra atención.
No obstante lo dicho, hubo de asombrarnos la inauguración en Valle Viejo del Centro Cultural y Tecnológico (en adelante, CCT) gestionado por el Ministerio de Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia junto con la Municipalidad del Departamento.
Montado en la antigua casona conocida popularmente como la Vereda Alta, se ha convertido en un espacio de encuentro, aprendizaje y exploración. Lo que alguna vez fue un lugar emblemático para los vecinos chacareros, ahora se ha transformado en un aula pedagógica donde las/os visitantes pueden embarcarse en la aventura de aprender interactuando con la tecnología.
Como si se tratara de una expedición de Julio Verne, nos transformamos en una célula que viaja por el sistema sanguíneo y podemos descubrir la complejidad de la circulación dentro de la intrincada red que nos mantiene vivos. Aunque no solo es el sistema sanguíneo el que cautiva a los visitantes; también la experiencia de explorar atenta y detenidamente la gestación y reproducción humana resulta una vivencia inolvidable. Una creciente complejidad estructural de órganos y huesos en armonía con la maduración de sus funciones ponen en juego la magia de la vida. Lo interesante es que no solo vemos el proceso en la realidad aumentada, sino que pareciera que participamos de ella.
Esta lección de anatomía quedaría incompleta si la osamenta no mostrara su rol fundamental. Por medio de gráficos interactivos y modelos tridimensionales, es posible apreciar la estructura y función de los huesos, así como su importancia para el sostén y protección del cuerpo. Del mismo modo, se expone la variedad de piezas que componen el esqueleto humano y se explica, con la información justa, sus diferentes características.
¿Y qué decir de la muestra de órganos cuyos hologramas imitan movimientos reales para que la inmersión del espectador sea todavía más vivencial? El corazón se nos presenta en alta definición, con modelos anatómicos detallados, a través de los cuales es posible comprender la función vital que desempeña en el sistema circulatorio. Se subrayan las diferentes partes de su estructura y cómo trabajan juntas para bombear la sangre y distribuir el oxígeno por todo el cuerpo.
Una de las novedades más atrapantes es la oportunidad de usar nuestra propia imagen. Equipado con cámara y software de edición especiales (también llamado holoflector), este dispositivo puede capturar reproducciones y, luego, agregar efectos especiales, como cambiar el fondo, añadir elementos sorprendentes o, incluso, transformar la apariencia. Se trata de un programa interactivo que combina la realidad aumentada y los impactos holográficos; es decir, proyecta imágenes en una pantalla y permite a las/os visitantes ser capturados en una escena. Sin duda, entraña una forma divertida de conectar el yo con la tecnología y, por qué no, llevarse un recuerdo de la experiencia vivida.
Por otro lado, en la parte posterior del predio, se erigen, como en contrapunto, los hornos de barro humeantes, donde se preparan panes destinados a las/os estudiantes que lo visitan. Esta conexión con la tierra y el paisaje permite no solo aprender sobre el cuerpo humano, sino también disfrutar de productos saludables y tradicionales, que complementan la oferta educativa y cultural de la propuesta. Ver ese patio, vislumbrar el futuro y observar de pronto el pasado –en simultáneo con el presente– nos lleva a situar la memoria histórica en el corazón de la vereda alta. Asimismo, las visitas didácticas guiadas, en las que participan alumnos de distintas escuelas del departamento Valle Viejo y de otros lugares cercanos, fortalecen los lazos entre las instituciones educativas, los departamentos y la emocionante aventura de conocer.
Por último, cabe señalar que esta iniciativa no se hace sola. Una cabeza y un equipo ejecutor está detrás de ella. Felicitaciones a quienes la hacen posible. Nos estimulan a aprender a través del uso de herramientas digitales, a unir la innovación, el conocimiento y la cultura y, lo que es más importante, a usar la tecnología no tanto para comunicarnos o mirarnos sino para conocer lo que somos.
Secretaría de Postgrado e Investigación
Facultad de Humanidades
UNCA