Memorias del Pasado Reciente
Los pliegues de la memoria
«Quien domina el presente, domina el pasado; quien domina el pasado, domina el futuro»
George Orwell (1984)
“Todo está guardado en la memoria” reza unos de los himnos de León Gieco, que pertenece a la memoria colectiva de la Argentina. La memoria nos arma, nos desarma, nos constituye al tiempo que nos libera. Un país, una sociedad sin memoria corre el riesgo de dejar morir sus tradiciones, sus costumbres y su historia. En el presente apartado, presentamos algunas reflexiones acerca del concepto de memoria que nos interesa a los fines de la presente investigación. Lo hacemos a través de los aportes que diferentes disciplinas de las Ciencias sociales realizaron en torno a su estudio y a su carácter performativo en la reconstrucción de la ‘Historia’ y de las ‘historias’. Nos ocupamos también de los alcances de términos que actualmente están presentes en esta arena: memoria individual, colectiva, usos del pasado y memoria social, entre otros[1].
[1] 1 En los últimos años aparece en la arena de los estudios sobre la memoria una nueva categoría, acuñada principalmente por Hirsch (1997) y Young (2000), la de postmemoria. Esta postmemoria respondería a la segunda significación de recordar; el recuerdo no es ya la actividad que proyecta una cultura específica del pasado en el presente -a través de sus textos de la generación siguiente a la que padeció o protagonizó los acontecimientos que se evocan, sus mitos ni tampoco sus efemérides o conmemoraciones, -sino el recuerdo mediado. Beatriz Sarlo (2012) señala que no existiría una postmemoria, en tanto categoría heurística, sino formas de memoria que no pueden ser atribuidas directa y simplemente entre memoria de quienes vivieron los hechos y memoria de los hijos o de una segunda generación.
El calendario dice que el 24 de marzo de 1976 era miércoles. Yo tenía entonces 5 años, cursaba el primer grado de la escuela primaria, en una escuela pública cercana a mi casa y en la que tuve suerte de ser docente mucho tiempo después. Hacía casi un año que nos habíamos mudado al Barrio General Paz, el barrio de los militares, más “arriba” de la Plaza del Maestro y del Barrio El Mástil, testigo de mi primera infancia. Apenas llegamos al barrio, hicimos amigos y conformamos una banda inseparable, que hasta hoy se mantiene unida. Ese día, algo gris en mis recuerdos, no hubo escuela.
Todo era silencio y caras largas. Papá no trabajo ese día tampoco. Mi mamá nos envió a buscar a nuestras amigas. Aún estaban en cama. También en esa casa había mucho silencio. De repente una de las chicas se sentó en su cama y me dijo: “¿te enteraste? Somos gobierno.”
La memoria tiene sus pliegues; a veces recordamos con claridad detalles impensados, otras, solo aquello que nos llamó la atención o dejó una leve huella en nosotros. Implica siempre una participación emotiva de quien recuerda, a veces agradable, otras dolorosa o traumática. En esos viajes al pasado a través de los relatos, el espacio y el tiempo cobran una dimensión muy importante, ya que se articulan con una fuerte impronta emotiva. El espacio se convierte en un lugar, en un sitio emblemático donde los acontecimientos se dan de una manera determinada porque se “está allí” (Arfuch, 2010: 38).
La memoria es constitutiva del sujeto y parte del proceso de la vida en movimiento, ya que recordar u olvidar implican un trabajo de reconstrucción del pasado para negociar o hacer hablar en el presente lo que se encuentra silenciado u oculto. Esta reconstrucción supone un posicionamiento personal y colectivo a la vez, un ser juntos en un proyecto ético y político, que posibilite construir conocimientos imprescindibles para orientar las prácticas y las experiencias del presente. Para algunos autores, la memoria es un movimiento que produce texturas, planos y extensiones, en un cruce de pliegues, despliegues y repliegue de experiencias. Si la entendemos así vemos en ella un ordenamiento heterogéneo y complejo de las experiencias, algunas de las cuales podrán organizarse como biografías en el marco de una historia significativa en curso, mientras que otras quedarán en espera de futuras conexiones y potenciales contextos de legibilidad.
En el siglo XX y en los inicios de este nuevo siglo la memoria no es sólo una categoría de estudio de las Ciencias sociales o de la Psicología. Se convirtió y constituye una herramienta política que permitió y permite recuperar la ‘historia’ desde el lugar de los vencidos, de los grupos subalternizados en contextos de discriminación, de imposición y de lucha, así como reclamar por justicia frente a los diferentes genocidios que eliminaron sistemáticamente a miles de hombres y mujeres por cuestiones raciales, religiosas o políticas en todo el planeta. Incluso, hay teóricos que afirman que la memoria se convirtió en un recurso valioso para desentrañar los sentidos y los significados del pasado, al cobrar una relevancia aún más importante que los estudios históricos tradicionales. No debemos dejar de lado la estrecha relación entre memoria y literatura, ya que esta última, con la creación de mundos posibles y con la pintura realista o distorsionada de la realidad, hace posible el ejercicio tanto del recuerdo como del olvido.
Elizabeth Reyes Garzón
Por ello desde este espacio de la facultad de Humanidades en un formato virtual, que nos remite a la realidad, presentamos testimonios de los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado para que haya Memoria, Verdad y Justicia.
Testimonios sobre Aida y Jorge Villegas
Hace 47 años mi vida se partió entre la vida y la imperiosa necesidad de que el olvido no me cubra, ya que él es despiadado e impune.
Desde entonces mi sonrisa no fue la misma, mis almuerzos perdieron el encanto de las hermosas sobremesas que compartía junto a Jorge y Aida para dar lugar a la complicidad tal como cuando éramos niños y a la que esperábamos para jugar a la sombra del limonero… Conservo sus risas, su amor a la vida, sus manos extendidas para quien las necesitara, el ejemplo de solidaridad con el que me nutrieron, la alegría la sonrisa, el amor. Cuanta vida, cuanta historia pretendieron borrar los cobardes, los negacionistas cuando la luz de la verdad los descubre en su bestialidad. Me abrazo al recuerdo, a sus sonrisas, a su ejemplo de entrega porque ellos viven en la sonrisa de los niños, en el trabajo, en los barrios, en la esperanza de que un mundo mejor es posible.
¡Recordar para No Repetir! (Claudia Villegas, hermana sobreviviente del Terrorismo de Estado)
Aida al momento de su desaparición (01/11/1976) era psicóloga. Tenía 22 años. Recibida en la Universidad Nacional de Tucumán. Residía en la ciudad de San Miguel de Tucumán, en la calle Catamarca 386 junto a su abuela, hermana menor Claudia y su hermano Jorge. Estaba en los preparativos para exiliarse en Venezuela junto a su novio Raúl González, también catamarqueño preso político desde noviembre de 1974 en la cárcel de Catamarca. Ambos militaban en la organización Montoneros. Fue secuestrada a horas de la siesta en un operativo que participó el ejército.
Jorge Villegas fue secuestrado el 8 de agosto de 1977. Tenía 20 años. Cursaba el tercer año de arquitectura en la Universidad Nacional de Tucumán. Se encontraba trabajando en un proyecto de la facultad sobre viviendas sociales en el formato “monoblock”. Su secuestro se produjo a la madrugada de su domicilio Catamarca N° 386 de la Ciudad de San Miguel de Tucumán.
Testimonios sobre Teresa Lizárraga
Marta Teresita Lizárraga es mi hermana. Nació un 29 de Septiembre de 1948, aquí en Catamarca, y fue secuestrada en Córdoba el 28 de mayo de 1976. Ese mismo día secuestraron también a su esposo Luis Pablo Jurmussi. Estuvieron detenidos en La Perla Córdoba.
Esperaban su primer bebé para diciembre del 76. Por testimonios de sobrevivientes sabemos que tuvo al bebé. Hoy, lo o la, seguimos buscando.
Estos son simplemente datos fríos... o escalofriantes...
Cada año, cada 24 de marzo estamos llamados a recordar, Memoria por la verdad y la Justicia... Claro que los familiares recordamos los 365 días del año.
"Y cuándo vuelve el desaparecido?
Cada vez que lo trae el pensamiento
Y cómo se le habla al desaparecido?
Con la emoción apretando por dentro "
Mí querida Tere,
hoy tu recuerdo me fortalece!
¡¡¡Hoy siento que puedo nombrarte, contarte y participar de espacios de Memoria por la Verdad y la Justicia!!!
Marta Teresita es mi hermana mayor, hoy tendría 73 años, fue mamá de un bebé nacido en cautiverio en diciembre de 1976... Sobrino o sobrina que pudo haber crecido en Córdoba y que hoy tendría 45 años...
A mí sobrino o sobrina me encantaría contarle que Tere creció con mucho amor, en familia y con amigos. Alegre, solidaria, sensible...
Y contarle también que tiene un primo nacido en Córdoba en el 76, y que hoy tiene dos hijas hermosas, que creció y vivió desde bebé aquí en Catamarca y que Alejandro Sebastián es el primo mayor... Pero que los primos son muchos y que tienen hijos... Es decir que la vida siguió su cauce... Y que nos gustaría que pudieras venir a nuestras juntadas familiares y conocerlos y en sus rostros recuperar tu historia biológica...
Hasta que eso suceda te muestro fotos de Tere en familia y con amigas... ¡¡¡Y también fotos de los que te esperamos siempre!!!
24 de Marzo de 2022
Marta Teresita Lizárraga Freddolino
¡Presente!
¡Hoy y Siempre!
Comparto:
Algo que escribí en abril de 2021.
La imagen de la campaña de #Abuelas seccional Córdoba 2023.
Imágenes de la entrevista en Radio Nacional el miércoles 22/3
Imágenes del Sitial de la Memoria inaugurado el año pasado en Valle Viejo.
Fotos familiares y ...
Mi eterno amor por vos Tere y por ellos, nuestros viejos, Gustavo Ernesto Lizárraga y Sabina Elena Freddolino!